La virtud es la esencia y el sentido de la vida.
Es lo que hace la vida digna de ser vivida.
La mayor virtud es el amor.
Sin amor, la vida no tendría sentido y vacío.
El amor es la base de todas las demás virtudes incluyendo la fe.
Cuando aprendemos a abundar con amor:
para Dios,
para la gente,
para las criaturas de la naturaleza,
de las flores y las plantas,
de la belleza de la obra de Dios,
para el arte de los maestros,
de la música de los siglos
y de la viaje del descubrimiento del conocimiento;
entonces estamos viviendo una vida llena de significado y propósito.
La virtud de la alegría es lo que nos hace:
deleitarse en la presencia de Dios,
para apreciar la belleza de las creaciones de todo el dios
y tener la chispa del celo entusiasta en nuestras vidas.
Una persona que está llena de virtud
es como un soplo de aire fresco y una luz que brilla en un mundo que de
otro modo se llena de oscuridad.